miércoles, 15 de agosto de 2012

El naturalismo

El naturalismo es un estilo artístico, sobre todo literario, basado en reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares. Su máximo representante, teorizador e impulsor fue el escritor Émile Zola que expuso esta teoría en el prólogo a su novela Thérèse Raquin y sobre todo en Le roman expérimental (1880).

Contenido

Historia

Desde Francia, el Naturalismo se extendió a toda Europa en el curso de los veinte años siguientes adaptándose a las distintas literaturas nacionales. El naturalismo presenta al ser humano sin albedrío, determinado por la herencia genética y el medio en que vive. En él influyen el Positivismo de Auguste Comte, que no valora que no puede ser objeto de experiencia, el Utilitarismo de Bentham y Stuart Mill, que juzga todo en función de su utilidad, y el Evolucionismo físico de Darwin y social de Herbert Spencer, que niega la espiritualidad del hombre al negar la intervención divina, y el materialismo histórico de Marx y Engels. En la mayoría de los escritos lo que se intenta es reflejar que la condición humana está mediatizada por tres factores: la herencia genética, las taras sociales (alcoholismo, prostitución, pobreza, violencia) y el entorno social y material en que se desarrolla e inserta el individuo. Esto es, lo que se conoce en filosofía como Determinismo. De aquí deriva otra importante característica del Naturalismo, una crítica (implícita, ya que el valor documental y científico que se pretende dar a la literatura de este tipo impide aportar opiniones propias) a la forma como está constituida la sociedad, a las ideologías y a las injusticias económicas, en que se hallan las raíces de las tragedias humanas.
  • La fisiología como motor de la conducta de los personajes;
  • Sátira y denuncia social. La novela naturalista no vale como simple pasatiempo, es un estudio serio y detallado de los problemas sociales, cuyas causas procura encontrar y mostrar de forma documental
  • Concepción de la literatura como arma de combate político, filosófico y social;
  • Argumentos construidos a la sombra de la herencia folletinesca y orlados de un abrumador.
  • Feísmo y tremendismo como revulsivos. Puesto que se presentan casos de enfermedad social, el novelista naturalista no puede vacilar al enfrentarse con lo más crudo y desagradable de la vida social.
  • Adopción de los temas relativos a las conductas sexuales como elemento central de las novelas. No se trata de un erotismo deleitoso y agradable, sino que es una manifestación de enfermedad social, suciedad y vicio. Por ello, frecuentemente el novelista naturalista se centra en el mundo de la prostitución, vista como lacra social y como tragedia individual. El público confundía sin embargo a veces naturalismo con pornografía, lo que no era la intención de los naturalistas. Estos critican con frecuencia la literatura folletinesca que trastorna la percepción de la realidad.
Cabe destacar que, si bien Realismo y Naturalismo son muy parecidos en el sentido de reflejar la realidad tal y como es (contrariamente al idealismo romántico), la diferencia radica en que el Realismo es más descriptivo y refleja los intereses de una capa social muy definida, la burguesía, mientras que el Naturalismo extiende su descripción a las clases más desfavorecidas, intenta explicar de forma materialista y casi mecanicista la raíz de los problemas sociales y alcanza a hacer una crítica social profunda; además, si el individualismo burgués es siempre libre y optimista en su fe liberal de que es posible el progreso sin contrapeso y labrar el propio destino, el naturalismo es pesimista y ateo merced al determinismo, que afirma que es imposible escapar de las condiciones sociales que guían nuestro sendero en la vida sin que podamos hacer nada por impedirlo. Por otra parte los naturalistas españoles hacen uso de un narrador omnisciente y se alejan del impersonalismo que busca el maestro francés Zola; por otra parte, estas novelas no consiguen una reproducción fiel de la realidad, objetivo que sí busca Zola, sino que recargan excesivamente los aspectos que quieren destacar, con lo que pierden el valor documental que busca Zola.
Se considera que el Naturalismo es una evolución del Realismo. De hecho, la mayoría de los autores realistas evolucionó hacia esta corriente materialista, si bien otros orientaron su descripción de la realidad hacia el interior del personaje llegando a la novela psicológica.
El Naturalismo, al igual que el Realismo, refuta el Romanticismo rechazando la evasión y volviendo la mirada a la realidad más cercana, material y cotidiana, pero, lejos de conformarse con la descripción de la mesocracia burguesa y su mentalidad individualista y materialista, extiende su mirada a las clases más desfavorecidas de la sociedad y pretende explicar los males de la sociedad de forma determinista.
El Naturalismo tenía como objetivo explicar los comportamientos del ser humano. El novelista del Naturalismo pretende interpretar la vida mediante la descripción del entorno social y descubrir las leyes que rigen la conducta humana. El Naturalismo surge en París; Zola fue el iniciador del movimiento Naturalista, al decidir romper con el romanticismo, crea este movimiento literario; siendo considerado el maestro de este movimiento junto con Gustave Flaubert. En sus obras más importantes describirían de manera cruda y realista el contexto social de París, el lugar de inicio del movimiento.

El Naturalismo en Europa

Thomas Hardy.
En Alemania el Naturalismo destacó sobre todo en el teatro; lo introdujeron Arno Holz y Johannes Schlaf, pero destacan los hermanos Carl Hauptmann (1858-1921) y sobre todo Gerhart Hauptmann (1862-1946), así como Hermann Sudermann y Max Halbe. En Italia el Naturalismo se denominó Verismo y tiene su principal autor en Giovanni Verga (1840-1922), y su obra maestra en la novela de este autor titulada Los Malavoglia (Los Malasangre); también siguieron esta estética Luigi Capuana (1839-1915) y Matilde Serao (1856-1927), así como una serie de autores menores de novelas regionalistas como Girolamo Rovetta, Grazzia Deledda y Renato Fucini. En Gran Bretaña el gran novelista y poeta del naturalismo fue Thomas Hardy, y en el terreno dramático puede reconocerse alguna influencia de los postulados naturalistas en George Bernard Shaw a través de la asimilación que hace de dicha estética el dramaturgo noruego Henrik Ibsen. En Francia, fuera del líder del movimiento, Émile Zola, existe naturalismo en Gustave Flaubert y en otros autores de menor fuste. En Rusia difundió el movimiento el gran crítico literario Belinski y lo siguieron en algunas de sus obras autores importantes, como Gógol, Dostoievski, Goncharov, Chejov y otros.

El Naturalismo en España

Vicente Blasco Ibáñez.
En España participaron de este movimiento hombres comprometidos con posturas cercanas al Krausismo o la izquierda como Galdós (La desheredada), Clarín y Vicente Blasco Ibáñez. Desde la óptica conservadora puede también hablarse de un Naturalismo cristiano no rigurosamente pesimista ni determinista en el que militaron autores como Emilia Pardo Bazán, Luis Coloma, José María de Pereda (que se acercó al naturalismo en su novela La Puchera), Juan Armada y Losada, José de Siles, Francisco Tusquets, Ángel Salcedo y Ruiz y Alfonso Pérez Gómez Nieva. Otro tercer grupo estaría integrado por los hombres de la revista Gente Nueva, luego ampliado en otra revista, Germinal, de ideología más extremista y que estaría integrado por los escritores del llamado Naturalismo radical: Eduardo López Bago, José Zahonero, Remigio Vega Armentero, Enrique Sánchez Seña, Joaquín de Arévalo, José María Matheu Aybar, Manuel Martínez Barrionuevo, Eugenio Antonio Flores, Silverio Lanza, Emilio Bobadilla, Alejandro Sawa, Joaquín Dicenta (quizá el poeta y dramaturgo del naturalismo más importante en castellano), José Ortega Munilla, Jacinto Octavio Picón, Ernesto Bark, Ricardo Macías Picavea y algunos otros más. En lengua catalana destaca Narcís Oller. Epígonos del naturalismo son en cierta medida Felipe Trigo y Augusto Martínez Olmedilla.
Empero, y con la excepción de algunos ensayos serios, como La desheredada, de Galdós, lo que se practica en España no es un auténtico naturalismo zolesco, sino una fórmula conciliadora que extrae algunos recursos formales de Zola sin seguir su doctrina ideológica (ateísmo, positivismo, determinismo). Este sincretismo es el que practican Pardo Bazán o el marqués de Figueroa.

El Naturalismo en Hispanoamérica

Retrato de Augusto d'Halmar por Juan Francisco González.
En América, vinculado al llamado Indigenismo, representan el Naturalismo los puertorriqueños Matías González García y Manuel Zeno Gandía ( La charca, 1894), el chileno Augusto d'Halmar y la peruana Clorinda Matto de Turner quien alcanzó un gran éxito con su novela Aves sin nido. Otra figura destacada del naturalismo peruano fue Mercedes Cabello de Carbonera cuya novela Blanca Sol fue muy controvertida. El argentino Eugenio Cambaceres tiene importancia por destacar la decadencia de las clases privilegiadas con novelas como Música Sentimental. En México, destacaron Federico Gamboa con su célebre novela Santa; Ángel del Campo, que usó el pseudónimo de "Micrós", y Vicente Riva Palacio. En Cuba destaca sobre todo Carlos Loveira, acompañado de Miguel de Carrión y Jesús Castellanos.

El Naturalismo en Estados Unidos de América

A los Estados Unidos este movimiento llegó bastante tarde, aunque es posible reconocer el Naturalismo en las obras de Theodore Dreiser (Una tragedia americana) y una evolución importante en el Nuevo periodismo americano de, por ejemplo, Truman Capote.

El Realismo

Origen del término

Aparece aplicado a la literatura hacia 1825 para referirse a la imitación por parte de los románticos de la naturaleza y al detalle descriptivo de algunos de sus novelistas. Más tarde, su significado se precisó para aplicarse a ciertos pintores como Gustave Courbet que, frente a los temas grandilocuentes y las escenografías aparatosas del Romanticismo, llevaban a sus lienzos sencillas escenas de la vida cotidiana; enseguida se aplicó el vocablo a las obras literarias animadas de un propósito análogo de recoger fieles testimonios de la sociedad de la época.
Hacia 1850 en Francia una serie de escritores y críticos presentan ya al realismo como una nueva estética alejada u opuesta a la romántica. En 1856 aparece una revista titulada precisamente Réalisme, que en uno de sus números dice:
El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan.

Descripción

He aquí sintetizados los rasgos esenciales del realismo, tanto en su orientación temática y enfoque como en sus preferencias estilísticas, aunque hay que hacer algunas precisiones: la reproducción exacta de la realidad toma a menudo como modelo los métodos de observación de las ciencias experimentales. Un gran crítico, Ferdinand Brunetière, señalaría más tarde, en 1883, que "el Realismo viene a ser en arte lo que el positivismo es en la Filosofía". Ya en 1843 Balzac se proponía estudiar la sociedad como un científico estudiaba la naturaleza. Y Baudelaire, en 1851, recomendaba: "Estudiad todas las úlceras como el médico que está de servicio en un hospital". Flaubert consultó tratados médicos para describir la muerte por envenenamiento de su Madame Bovary, y en general los novelistas se documentan rigurosamente sobre el terreno tomando minuciosos apuntes sobre el ambiente, las gentes, su indumentaria, o buscan en los libros los datos necesarios para conseguir la exactitud ambiental o psicológica.
Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su interés en la sociedad, observando y describiendo objetivamente los problemas sociales, y para ello se valieron de un nuevo tipo de novela, la novela burguesa. En cuanto a la expresión, prefirieron un estilo más sencillo, sobrio y preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del habla coloquial, especialmente en los diálogos, es decir, adoptando los niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos los estratos sociales.
Se halla inscrito en un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, a la fotografía (que surge con el siglo XIX), y a la filosofía (positivismo, darwinismo, marxismo, método experimental). La estética del realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un documento que pueda servir de testimonio de la sociedad de su época. Por ello describe todo lo cotidiano y prefiere los personajes comunes y corrientes, basados en individuos reales de los que toma nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la objetividad y el materialismo filosófico.
En cuanto a los procedimientos literarios del realismo, son característicos el uso de la descripción detallada y minuciosa, con enumeraciones y sustantivos concretos; el del párrafo largo y complejo provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular, sin idealizarla, y un estilo poco caracterizado, un lenguaje «invisible» que caracterice personajes, hechos y situaciones objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.

Características

Il
Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:
  • Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
  • Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y social en el marco del devenir histórico.
  • Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
  • El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e interactúan influyendo en otros.
  • Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc.
  • El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
  • Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible.

Su nacimiento está ligado al ascenso, al afianzamiento de la burguesía y a la nueva sociedad urbana originada como consecuencia del desarrollo de la Revolución industrial y el consiguiente éxodo masivo del campo a las ciudades. La mesocracia o clase media preponderante, y progresivamente alfabetizada, impuso sus gustos en materia literaria, pues la mayor parte de los lectores pertenecían a esta clase.
El público estaba interesado, más que por lo lejano en el tiempo y espacio y lo exótico de los románticos, por los problemas próximos y cotidianos de la sociedad contemporánea, siempre presente a través del periodismo, que se desarrolla ampliamente en el siglo XIX después de haber nacido en el XVIII, y de la fotografía, nueva técnica que reproduce al detalle la realidad. En reacción contra el idealismo, se desarrolla el positivismo de Auguste Comte (su Sistema de filosofía positiva se publica en 1850), que rechaza la especulación pura y la metafísica; en Inglaterra domina el pensamiento empírico del utilitarismo (Jeremías Bentham, John Stuart Mill) y el evolucionismo que Charles Darwin expone en su Origen de las especies (1859) pone de moda las ciencias naturales y la clasificación empírica de los hechos, haciendo notar que todos los seres humanos están encadenados al medio ambiente, que los moldea mediante la "adaptación al medio" en una "lucha por la vida" que provoca una "selección natural"; el filósofo Herbert Spencer crea con este fundamento el Evolucionismo social y cultural, al que se adhiere el mismo Comte. El experimentalismo se desarrolla con el fisiólogo francés Claude Bernard, quien publica en 1865 su método experimental aplicado a la medicina. Por último, se desarrolla una nueva ciencia, la genética, a partir de que el botánico austriaco Gregor Mendel publique en 1865 sus leyes de la herencia. Por otra parte, la izquierda hegeliana desacredita la religión (Ludwig Feuerbach) y las esperanzas de redención fuera de este mundo y, sobre todo Karl Marx, llama la atención sobre los condicionantes económicos y sociales de los pueblos o materialismo histórico y la lucha de clases y afirma que la realidad no debe ser teorizada, sino transformada.
La clase media empezó a notar los efectos beneficiosos del progreso, pero también los nuevos problemas a que daba lugar, hasta entonces desconocidos, como un cambio esencial de valores desde los tradicionales que dominaban en los ambientes rurales a los urbanos, más cínicos, individualistas y materialistas. Este contexto favoreció el realismo como estilo literario y la prosa narrativa como género dominante, puesto que permitía reconstruir la realidad de una forma flexible y alejada de retóricas pasadas y moldes fuera de uso y dejaba libertad al escritor para elegir temas, personajes y situaciones. Por eso la novela fue aumentando su popularidad gracias a su vinculación con la prensa periódica, vehículo a través del que se difundieron, por entregas, numerosas narraciones económicas que, de esa manera, llegaron a un público más amplio que nunca hasta entonces, gracias al abaratamiento de los materiales librarios de impresión y edición y la alfabetización masiva por parte del estado, una de las conquistas de las revoluciones burguesas, para garantizar en principio la igualdad ante la ley.
La libertad política y religiosa, la soberanía popular, el sufragio universal y las reivindicaciones sociales fueron motores que desde ese momento movilizaron en toda Europa a las masas de trabajadores y las impulsaron a participar en los acontecimientos políticos. Doctrinas como el socialismo y el marxismo tuvieron una rápida aceptación y contribuyeron a crear entre los obreros una viva conciencia de clase, que prendió con gran fuerza entre el proletariado urbano, surgido como consecuencia de la revolución industrial, sometido a condiciones de trabajo infrahumanas y que sobrevivía a duras penas en las ciudades. Cuando este proletariado adquirió conciencia de clase entró en pugna con la burguesía, que de ser clase revolucionaria que lucha contra el Antiguo Régimen pasó a ser clase dominante y conservadora.
El origen del realismo literario europeo hay que buscarlo en la literatura española medieval y la novela picaresca española y, en concreto, en la versión que configuró sobre esa tradición el novelista Miguel de Cervantes. El desmitificador modelo cervantino influyó poderosamente en la literatura europea posterior, pero el descrédito por el que pasó el género narrativo durante el siglo XVIII aplazó su influjo europeo hasta bien entrado el siglo XIX, salvo en el caso de Inglaterra, que en el siglo XVIII comenzó su propio realismo de la mano de Daniel Defoe, Samuel Richardson o Henry Fielding, entre otros, y del que buena parte de los escritores realistas posteriores son deudores.
La novela realista europea viene a ser la épica de la clase media o burguesa que ha conseguido —a lo largo de sucesivas revoluciones que le han ido confiriendo cada vez mayor poder (1789, 1820, 1830 y 1848)—, instalarse como clase dominante en todos los aspectos de la vida, incluido el cultural y el estético. Los ideales burgueses (materialismo, utilitarismo, búsqueda del éxito económico y social) irán apareciendo en la novela poco a poco, y en su fase final también irán apareciendo algunos de sus problemas internos (el papel de la mujer instruida y sin embargo desocupada; el éxodo del campo a la ciudad y la mutación de valores subsecuente, por ejemplo). Por otra parte, cuando se vayan reiterando y agotando los temas relativos a la burguesía, la descripción realista irá penetrando en otros ámbitos y dejará la mera descripción externa de las conductas para pasar a la descripción interna de las mismas, transformándose en novela psicológica y generando procedimientos narrativos introspectivos como el monólogo interior y el estilo indirecto libre. Todo ello posibilitó la aparición de movimientos en cierta manera opuestos, como el espiritualismo, por un lado, visible en la última etapa de narradores realistas como Benito Pérez Galdós, Fiódor Dostoievski y León Tolstói, y el naturalismo, por otro, que exageraba los contenidos sociales, documentales y científicos del realismo, aproximándose a la descripción de las clases humildes, marginadas y desfavorecidas. Los autores tratarán de ofrecer personajes y situaciones comunes, lo que convierte a la obra literaria en una fuente de primer orden para el conocimiento del pasado histórico, aún teniendo en cuenta las precauciones que deben tomarse para un uso documental de las fuentes literarias.
En Francia fueron escritores realistas Henri Beyle Stendhal, Honoré de Balzac y Gustave Flaubert. En el Reino Unido destaca Charles Dickens; en Rusia León Tolstói y Fiódor Dostoyevski. En Estados Unidos, Mark Twain; en Chile Alberto Blest Gana, en España Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas Clarín y Emilia Pardo Bazán. Portugal cuenta con Eça de Queiroz. En Italia, el movimiento se denominó verismo y tiene a su más caracterizado representante en Giovanni Verga. En cuanto a la literatura escrita en alemán, es un movimiento de este sesgo el llamado Biedermeier y pueden considerarse realistas los novelistas suizos Albert Bitzius (que utilizaba el seudónimo Jeremías Gotthelf), Gottfried Keller, Conrad Ferdinand Meyer, el austríaco Adalbert Stifter y los alemanes Friedrich Hebbel (dramaturgo), Theodor Storm, Theodor Fontane, Gustav Freytag y Wilhelm Raabe, aunque esta estética todavía continuó renovándose durante el siglo XX a través de la obra literaria de Thomas Mann.

Descomposición del realismo literario

Al final de su evolución, agotados sus presupuestos iniciales y sin variedad alguna ya sus obras artísticas, el realismo literario se descompone en diversas corrientes que renuevan sus principios, bien seleccionando y desarrollando una de sus ramas, bien exagerándolos, bien rehuyéndolos y adoptando los principios opuestos, bien contaminándolos y mezclándolos con los principios opuestos. La novela psicológica desarrolla una rama del realismo: agotada la descripción física y material de los entornos, el novelista se centra en los personajes, cuya psicología es lo único ya que le interesa y se fuerza en reconstruir mediante técnicas como el monólogo interior. En segundo lugar, exagera y sistematiza sus principios el naturalismo, cuyos presupuestos expone el escritor francés Émile Zola hasta el punto de reducir la novela a un documento social, a una instantánea. Rehuye los principios del realismo el espiritualismo, al cual le interesa todo aquello que detesta el realismo: la religión, el espíritu, el alma de las personas, lo tradicional, lo campesino... A esta corriente llegan al final de su periplo realista escritores como Tolstoy y Galdós. Por último, mezclan realismo y romanticismo los escritores del posromanticismo.

Literatura primitiva


LA LITERATURA PRIMITIVA: EL CLÉRIGO Y EL JUGLAR

Se entiende por literatura primitiva, a la literatura de los comienzos, y también literatura vernácula. Esta literatura primitiva está enfrentada con dos órdenes literarios en una determinada significación.
A) Con el folklore.
B)Con el fondo de la lengua latina y toda la literatura que lleva consigo esta lengua.

Esta lengua vernácula o primitiva difícilmente alcanza el documento escrito. Aun en el caso que llegara al texto los factores perturbadores son muy negativos.

El texto era muy poco propicio para su permanencia porque la literatura inicial de este periodo no se realizó para ser escrita sino para ser interpretada por alguien, en cierto modo de orden profesional. Esta literatura primitiva o de origen está estructurada para que el receptor la reciba  a través de la voz del intérprete y la escritura es un recurso accesorio, por lo tanto, los participantes, los intérpretes serían los juglares y los clérigos.

De la voz pasaremos a escribir el texto. Pero una vez escrito tampoco existe una comunicación entre el emisor y el receptor. El texto se escribe para que alguien lo lea. Los demás oyen.

A la comunicación oral sigue la lectura en voz alta del texto. De aquí se va pasando a la lectura visual que será el grado último. En este periodo es difícil llegar a la lectura personal; se requiere una serie de condiciones sociales. Tales como ser hombre de Iglesia y hombre o mujer de Corte. Por lo tanto, en este periodo, lo corriente es la lectura en voz alta.

Decíamos anteriormente que el participante o intérprete de la obra poética en esta literatura primitiva es el juglar y el clérigo.

Funciones de cada uno de ellos:
Juglar.  Hay que señalar que ni el juglar ni el clérigo fueron solamente escritores, tal como pudiera entenderse en un sentido moderno de oficio o profesión. Ambos desarrollan otras muchas actividades, y una de ellas, aunque no la más importante, resultó ser la de crear obras poéticas en las lenguas romances.

El juglar ejercía su oficio entreteniendo a las gentes con sus habilidades, que eran muy diferentes, según su clase y según el público que le rodeaba: juegos de circo, músicas, cantos con instrumentos. Existieron también juglaresas, y los había moros y moras.

Entre los asuntos de estas obras juglarescas los hubo de carácter religioso, o incluso hasta cortés, y en estos casos la obra de los juglares podía recibir inspiración clerical, de manera que la división de los mesteres no ha de entenderse de manera tajante.


Los juglares eran viajeros por razón del oficio y su arte había de gustar a gentes muy diversas, tanto en clase social como en cuanto a diversidad de lugares. Si se llama al juglaresco un arte popular, ha de ser entendiendo que el pueblo lo forman las clases sociales reunidas en una convivencia de diversa naturaleza: reyes, cortes, señoríos, ciudades, villas, aldeas y cuantos pudieran juntarse.

¿Cómo pueden participar los clérigos en el poema?
Clérigo tiene las siguientes acepciones: A) hombre de Iglesia. Medida más alta en el nivel intelectual en la Edad Media. La expansión de la cultura clerical llega a todos los lugares donde llega la Iglesia.
B) Sabio, conocedor técnico de una materia. Esto lleva a la profesionalización. Funciona sobre el latín. Va a penetrar por la misma Iglesia. La Iglesia va a tener la necesidad de conocer, de comunicarse con el pueblo de Dios. Si el pueblo de Dios no conoce el latín, la Iglesia tendrá que intentar adaptarse al pueblo de Dios.

El clérigo acaba por convertirse en escritor romance. Se caracteriza por su saber intelectual, a diferencia del caballero guerreador. Sin embargo, no falta tampoco el clérigo combatiente.

El clérigo como autor de una poesía de intención artística inicia la literatura en un sentido etimológico. El criterio del autor clerical tenía sobre sí la tradición culta de la literatura latina y a su amparo creó, a su imagen y semejanza las primeras obras de poesía culta en la lengua romance. Sin embargo, el arte de clerecía resultó siempre de compromiso: tuvo que ser popular o aparentarlo, porque su fin era valerse de la lengua común para tratar de  asuntos moralizadores y si acudía a los temas seculares, estos habían de ser en principio acomodados al sentido de la vida medieval.

LA LÍRICA TRADICIONAL EN LA EDAD MEDIA
Para el estudio de la primitiva literatura medieval existe siempre un grave obstáculo: las pocas noticias que nos quedan de las obras, autores y circunstancias de la creación de aquella época. Por eso se la llama de “los tiempos oscuros”, pero esto es solo desde el punto de vista de nuestro conocimiento con respecto a ella; pues, en la Edad Media, existió como en todas las edades, la luz de la poesía. Mientras que el latín fue entre los grupos sociales de un alto nivel cultural, en los primeros siglos de la Edad Media una lengua con ímpetu creador, manifestado en una obra literaria, las variantes románicas hubieron de sobreponerse lentamente a la dispersión dialectal propia del habla de la conversación, y después crear una grafía que fuese la base de la escritura de los documentos. No se puede comenzar un estudio de la obra literaria sin documentos, que pueden ser directos ( es decir, los textos de las obras) o en caso apurado, indirectos (noticias que se refieren a ellas de algún modo). El historiador de la literatura medieval escruta esta oscuridad de los orígenes. Con la aparición de los textos poéticos documetados por la escritura existe ya una base firme, y comienza propiamente la función del conocimiento crítico, que requiere tener ante sí la obra que ha de comentarse. Solo que el historiador no quiere quedarse en este límite de la obra conocida, y emprende entonces la gran aventura crítica, consistente en penetrar en esta oscuridad, valiéndose de las noticias indirectas, que, bien fundadas, pueden tener también su valor probatorio.

Motivos de la lírica popular.

Menéndez Pidal, en un estudio titulado “La primitiva lírica castellana” (1919) supo ver  el planteamiento de este asunto, debatido por los críticos, que habían llegado a negar o a menospreciar la existencia de esta clase de poesía en la literatura española; reuniendo las noticas, entonces escasas y dispersas, alcanzó a dar una primera interpretación a un riquísimo caudal que estaba disperso o soterrado. Dentro de una orientación de orden romántico, Menéndez Pidal afirmaba que en Castilla hubo una lírica primitiva, como en otras partes de España, porque su existencia es razón de vida; cuando aún no había lírica letrada, el pueblo cantaba su canción; y cuando la hubo, y se encasilló en los cancioneros, el pueblo continuó cantando a su manera. El motivo de estos cantos es muy variado, y suele darse en forma semejante en diversas culturas y lenguas. En primer término, las situaciones de la vida que son más propensas a la emoción, crea la circunstancia propicia: el amor es la primera; los afectos familiares, el paso de las estaciones, el trabajo, que si es del campo es una vía para la percepción poética de la naturaleza, los cantos de camino para acompañarse, en el caso de las sierras, animar a las bestias de carga, la soledad del pastor etc.

La religiosidad popular es otro motivo, manifestada en las fiestas de la familia con ocasión de las grandes celebraciones litúrgicas, los santos y patronos de los lugares, etc.

La lírica popular, siempre viva, canta de mil modos y en formas diversas el eterno tema universal, el amor; y solo cuando las analogías no son directas, se puede referir el canto a tal o cuál época por determinados conceptos adjuntos o por especiales maneras de expresión; detalles no siempre fáciles de advertir.

El término popular, por la extensión y diversidad de su empleo, puede resultar equívoco. Con razón Menéndez Pidal, que tanto hizo por el conocimiento de la literatura del pueblo, avisa repetidas veces de este peligro, y en uno de sus más recientes estudios precisa así su alcance, sobre todo en relación con el de tradición. Es preciso distinguir claramente en el confuso adjetivo de poesía popular dos de sus significados: 1) Poesía popularizada, poesía de un autor acogida por el pueblo en sus cantos como una novedad grata, que es olvidada pronto, porque pasa de moda; las variantes que cada cantor introduce son solo deturpación del texto original que todo el mundo conoce como auténtico. 2) Poesía tradicional, poesía acogida por el pueblo durante mucho tiempo, asimilada como cosa propia, herencia antigua; las variantes que cada autor introduce, unas deforman el texto y se pierden; otras perduran en la tradición, reformando el texto recibido y conformándolo al gusto común de cada tiempo; estas variantes ejercen una función creadora o
re-creadora; así la poesía arraigada en la tradición vive en variantes y refundiciones, y esto lo mismo en la letra de la poesía que en la música.

De estos motivos de la canción popular hay uno que constituye el cantar de amigo, fundamental por su gran desarrollo: es el canto de una joven que expresa una confidencia de amor, en unos casos a la madre ( o a otras personas de la familia), y en otros, al amado. El carácter de la canción puede variar, pero casi siempre expresa una experiencia femenina que puede ser de muy diversa especie: la mención de un simple gesto de inquietud, la confesión del amor y de sus efectos en el alma, y todo manifestado con la delicadeza propia de la mujer, aunque a veces muestre un guiño picaresco o incluso una audacia.

Video literatura romantica


Vídeo de escritor Vargas LLosa


Vídeo de Literatura Primitiva


martes, 14 de agosto de 2012

El vanguardismo

EL VANGUARDISMO
En 1922 se publica en San juán de Puerto Rico un manifiesto que tiene como consigna ¡cerremos nuestra memoria, maquina imitadora, loro estúpida, y abramos nuestra imaginación a hacer “cosa nuevas bajo el sol”! En América encantamos situaciones socioculturales que crean un ambiente propicio para su surgimiento. Los movimientos literarios de este nuevo arte se caracterizaron por tener una respuesta rebelde a la crisis ideológica de la sociedad, rompieron con las normas estéticas y con los géneros literarios, con la tradición, rompieron con la modernidad e iniciaron la literatura contemporánea, rompieron fronteras y crearon una literatura continental. Por esta razón Borges dice “ el índice de la nueva poesía americana”, los vanguardistas querían un arte nuevo instaurado desde el principio y originado a partir de la ruptura, su objetivo era tener una literatura que fuera capaz de expresar la realidad cambiante de ese momento, por eso se cambio el orden sintáctico de las oraciones , la ortografía y la lógica del discurso, se utilizo el verso libre y la metáfora como formas de expresión todo esto con el fin de ampliar el campo de lo que era posible decir, esto acarreo una nueva forma de pensar ya que se debía entender lo que se escribía.
Algunos de los representantes por América latina fueron Vicente Hidobro de Chile que fue uno de los primeros en que se intereso por este fenómeno literario y su obra mas conocida es el poema a altazor , otro de los escritores de esta época fue José Luis Borges de Argentina con sus obras “Luna de enfrente , fervor Buenos Aires y cuaderno san martín”, ente los mas representativos otros tantos como Juan José Areola que escribió varia invención y confabularío, Bestiario de Julio Costazar y el llano en llamas de Juan Rulfo.
Un ejemplo de esta pude ser “Arte Poética” de Vicente Hidobro.
Que el verso como se una llave
Que abra mil puertas
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuando mire los ojos creado sea
Y el alma del oyente quede temblando

En este fragmento podemos encontrar la transposición de la palabras como una nueva forma de expresión vemos como el autor utiliza el verso libre, las metáforas son diseñadas con otro orden contextual y se pierde el orden del discurso, esto con el fin de expresar de una forma muy diferente a la impuesta por los europeos el desorden social.