Origen del término
Aparece aplicado a la literatura hacia 1825 para referirse a la
imitación por parte de los románticos de la naturaleza y al detalle
descriptivo de algunos de sus novelistas. Más tarde, su significado se
precisó para aplicarse a ciertos pintores como
Gustave Courbet que, frente a los temas grandilocuentes y las escenografías aparatosas del
Romanticismo,
llevaban a sus lienzos sencillas escenas de la vida cotidiana;
enseguida se aplicó el vocablo a las obras literarias animadas de un
propósito análogo de recoger fieles testimonios de la sociedad de la
época.
Hacia 1850 en Francia una serie de escritores y críticos presentan ya
al realismo como una nueva estética alejada u opuesta a la romántica.
En 1856 aparece una revista titulada precisamente
Réalisme, que en uno de sus números dice:
- El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera,
del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción
debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan.
Descripción
He aquí sintetizados los rasgos esenciales del realismo, tanto en su
orientación temática y enfoque como en sus preferencias estilísticas,
aunque hay que hacer algunas precisiones: la reproducción exacta de la
realidad toma a menudo como modelo los métodos de observación de las
ciencias experimentales. Un gran crítico,
Ferdinand Brunetière, señalaría más tarde, en 1883, que "el Realismo viene a ser en arte lo que el
positivismo es en la Filosofía". Ya en 1843
Balzac se proponía estudiar la sociedad como un científico estudiaba la naturaleza. Y
Baudelaire, en 1851, recomendaba: "Estudiad todas las úlceras como el médico que está de servicio en un hospital".
Flaubert consultó tratados médicos para describir la muerte por envenenamiento de su
Madame Bovary,
y en general los novelistas se documentan rigurosamente sobre el
terreno tomando minuciosos apuntes sobre el ambiente, las gentes, su
indumentaria, o buscan en los libros los datos necesarios para conseguir
la exactitud ambiental o psicológica.
Los escritores dejaron de centrarse en sí mismos y pusieron su
interés en la sociedad, observando y describiendo objetivamente los
problemas sociales, y para ello se valieron de un nuevo tipo de novela,
la
novela
burguesa. En cuanto a la expresión, prefirieron un estilo más sencillo,
sobrio y preciso, en el que adquirió relevancia la reproducción del
habla coloquial, especialmente en los diálogos, es decir, adoptando los
niveles de lenguaje adecuados a los personajes, que representaban todos
los estratos sociales.
Se halla inscrito en un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, a la
fotografía (que surge con el siglo XIX), y a la
filosofía (
positivismo,
darwinismo,
marxismo,
método experimental). La estética del realismo, fascinada por los avances de la
ciencia,
intenta hacer de la literatura un documento que pueda servir de
testimonio de la sociedad de su época. Por ello describe todo lo
cotidiano y prefiere los personajes comunes y corrientes, basados en
individuos reales de los que toma nota a través de cuadernos de
observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del
Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una
ética, una moral fundamentada en la objetividad y el
materialismo filosófico.
En cuanto a los procedimientos literarios del realismo, son
característicos el uso de la descripción detallada y minuciosa, con
enumeraciones y sustantivos concretos; el del párrafo largo y complejo
provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica
del habla popular, sin idealizarla, y un estilo poco caracterizado, un
lenguaje «invisible» que caracterice personajes, hechos y situaciones
objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.
Características
Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:
- Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad.
- Se opone al romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo
trascendental; aspira, en cambio, a reflejar la realidad individual y
social en el marco del devenir histórico.
- Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles
exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo
cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas
políticos, humanos y sociales.
- El lenguaje utilizado en las obras abarca diversos registros y
niveles de lenguaje, ya que expresa el habla común y se adapta a los
usos de los distintos personajes, que son complejos, evolucionan e
interactúan influyendo en otros.
- Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su
entorno económico y social, del cual son exponente; la historia muestra a
los personajes como testimonio de una época, una clase social, un
oficio, etc.
- El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad.
- Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible.
Su nacimiento está ligado al ascenso, al afianzamiento de la
burguesía y a la nueva sociedad urbana originada como consecuencia del desarrollo de la
Revolución industrial
y el consiguiente éxodo masivo del campo a las ciudades. La mesocracia o
clase media preponderante, y progresivamente alfabetizada, impuso sus
gustos en materia literaria, pues la mayor parte de los lectores
pertenecían a esta clase.
El público estaba interesado, más que por lo lejano en el tiempo y
espacio y lo exótico de los románticos, por los problemas próximos y
cotidianos de la sociedad contemporánea, siempre presente a través del
periodismo, que se desarrolla ampliamente en el siglo XIX después de haber nacido en el XVIII, y de la
fotografía, nueva técnica que reproduce al detalle la realidad. En reacción contra el
idealismo, se desarrolla el
positivismo de
Auguste Comte (su
Sistema de filosofía positiva se publica en 1850), que rechaza la especulación pura y la metafísica; en Inglaterra domina el pensamiento empírico del
utilitarismo (
Jeremías Bentham,
John Stuart Mill) y el
evolucionismo que
Charles Darwin expone en su
Origen de las especies
(1859) pone de moda las ciencias naturales y la clasificación empírica
de los hechos, haciendo notar que todos los seres humanos están
encadenados al medio ambiente, que los moldea mediante la "
adaptación al medio" en una "
lucha por la vida" que provoca una "
selección natural"; el filósofo
Herbert Spencer crea con este fundamento el
Evolucionismo social y
cultural, al que se adhiere el mismo Comte. El
experimentalismo se desarrolla con el fisiólogo francés
Claude Bernard, quien publica en 1865 su
método experimental aplicado a la medicina. Por último, se desarrolla una nueva ciencia, la
genética, a partir de que el botánico austriaco
Gregor Mendel publique en 1865 sus
leyes de la herencia. Por otra parte, la izquierda hegeliana desacredita la religión (
Ludwig Feuerbach) y las esperanzas de redención fuera de este mundo y, sobre todo
Karl Marx, llama la atención sobre los condicionantes económicos y sociales de los pueblos o
materialismo histórico y la
lucha de clases y afirma que la realidad no debe ser teorizada, sino transformada.
La clase media empezó a notar los efectos beneficiosos del progreso,
pero también los nuevos problemas a que daba lugar, hasta entonces
desconocidos, como un cambio esencial de valores desde los tradicionales
que dominaban en los ambientes rurales a los urbanos, más cínicos,
individualistas y materialistas. Este contexto favoreció el realismo
como estilo literario y la prosa narrativa como género dominante, puesto
que permitía reconstruir la realidad de una forma flexible y alejada de
retóricas pasadas y moldes fuera de uso y dejaba libertad al escritor
para elegir temas, personajes y situaciones. Por eso la novela fue
aumentando su popularidad gracias a su vinculación con la prensa
periódica, vehículo a través del que se difundieron, por entregas,
numerosas narraciones económicas que, de esa manera, llegaron a un
público más amplio que nunca hasta entonces, gracias al abaratamiento de
los materiales librarios de impresión y edición y la alfabetización
masiva por parte del estado, una de las conquistas de las revoluciones
burguesas, para garantizar en principio la igualdad ante la ley.
La libertad política y religiosa, la soberanía popular, el sufragio
universal y las reivindicaciones sociales fueron motores que desde ese
momento movilizaron en toda Europa a las masas de trabajadores y las
impulsaron a participar en los acontecimientos políticos. Doctrinas como
el
socialismo y el
marxismo
tuvieron una rápida aceptación y contribuyeron a crear entre los
obreros una viva conciencia de clase, que prendió con gran fuerza entre
el proletariado urbano, surgido como consecuencia de la revolución
industrial, sometido a condiciones de trabajo infrahumanas y que
sobrevivía a duras penas en las ciudades. Cuando este proletariado
adquirió conciencia de clase entró en pugna con la burguesía, que de ser
clase revolucionaria que lucha contra el Antiguo Régimen pasó a ser
clase dominante y conservadora.
El origen del realismo literario europeo hay que buscarlo en la
literatura española medieval y la
novela picaresca española y, en concreto, en la versión que configuró sobre esa tradición el novelista
Miguel de Cervantes.
El desmitificador modelo cervantino influyó poderosamente en la
literatura europea posterior, pero el descrédito por el que pasó el
género narrativo durante el
siglo XVIII aplazó su influjo europeo hasta bien entrado el
siglo XIX, salvo en el caso de Inglaterra, que en el siglo XVIII comenzó su propio realismo de la mano de
Daniel Defoe,
Samuel Richardson o
Henry Fielding, entre otros, y del que buena parte de los escritores realistas posteriores son deudores.
La novela realista europea viene a ser la
épica de la
clase media o burguesa que ha conseguido —a lo largo de sucesivas revoluciones que le han ido confiriendo cada vez mayor poder (
1789,
1820,
1830 y
1848)—,
instalarse como clase dominante en todos los aspectos de la vida,
incluido el cultural y el estético. Los ideales burgueses (materialismo,
utilitarismo, búsqueda del éxito económico y social) irán apareciendo
en la novela poco a poco, y en su fase final también irán apareciendo
algunos de sus problemas internos (el papel de la mujer instruida y sin
embargo desocupada; el éxodo del campo a la ciudad y la mutación de
valores subsecuente, por ejemplo). Por otra parte, cuando se vayan
reiterando y agotando los temas relativos a la burguesía, la descripción
realista irá penetrando en otros ámbitos y dejará la mera descripción
externa de las conductas para pasar a la descripción interna de las
mismas, transformándose en
novela psicológica y generando procedimientos narrativos introspectivos como el
monólogo interior y el
estilo indirecto libre. Todo ello posibilitó la aparición de movimientos en cierta manera opuestos, como el
espiritualismo, por un lado, visible en la última etapa de narradores realistas como
Benito Pérez Galdós,
Fiódor Dostoievski y
León Tolstói, y el
naturalismo,
por otro, que exageraba los contenidos sociales, documentales y
científicos del realismo, aproximándose a la descripción de las clases
humildes, marginadas y desfavorecidas. Los autores tratarán de ofrecer
personajes y situaciones comunes, lo que convierte a la obra literaria
en una fuente de primer orden para el conocimiento del pasado histórico,
aún teniendo en cuenta las precauciones que deben tomarse para un uso
documental de las fuentes literarias.
En
Francia fueron escritores realistas Henri Beyle
Stendhal,
Honoré de Balzac y
Gustave Flaubert. En el
Reino Unido destaca
Charles Dickens; en
Rusia León Tolstói y
Fiódor Dostoyevski. En
Estados Unidos,
Mark Twain; en
Chile Alberto Blest Gana, en España
Benito Pérez Galdós,
Leopoldo Alas Clarín y
Emilia Pardo Bazán. Portugal cuenta con
Eça de Queiroz. En
Italia, el movimiento se denominó
verismo y tiene a su más caracterizado representante en
Giovanni Verga. En cuanto a la literatura escrita en alemán, es un movimiento de este sesgo el llamado
Biedermeier y pueden considerarse realistas los novelistas suizos
Albert Bitzius (que utilizaba el seudónimo Jeremías Gotthelf),
Gottfried Keller,
Conrad Ferdinand Meyer, el austríaco
Adalbert Stifter y los alemanes
Friedrich Hebbel (dramaturgo),
Theodor Storm,
Theodor Fontane,
Gustav Freytag y
Wilhelm Raabe, aunque esta estética todavía continuó renovándose durante el siglo XX a través de la obra literaria de
Thomas Mann.
Descomposición del realismo literario
Al final de su evolución, agotados sus presupuestos iniciales y sin
variedad alguna ya sus obras artísticas, el realismo literario se
descompone en diversas corrientes que renuevan sus principios, bien
seleccionando y desarrollando una de sus ramas, bien exagerándolos, bien
rehuyéndolos y adoptando los principios opuestos, bien contaminándolos y
mezclándolos con los principios opuestos. La
novela psicológica
desarrolla una rama del realismo: agotada la descripción física y
material de los entornos, el novelista se centra en los personajes, cuya
psicología es lo único ya que le interesa y se fuerza en reconstruir
mediante técnicas como el
monólogo interior. En segundo lugar, exagera y sistematiza sus principios el
naturalismo,
cuyos presupuestos expone el escritor francés Émile Zola hasta el punto
de reducir la novela a un documento social, a una instantánea. Rehuye
los principios del realismo el
espiritualismo,
al cual le interesa todo aquello que detesta el realismo: la religión,
el espíritu, el alma de las personas, lo tradicional, lo campesino... A
esta corriente llegan al final de su periplo realista escritores como
Tolstoy y
Galdós. Por último, mezclan realismo y romanticismo los escritores del
posromanticismo.