miércoles, 15 de agosto de 2012

Literatura primitiva


LA LITERATURA PRIMITIVA: EL CLÉRIGO Y EL JUGLAR

Se entiende por literatura primitiva, a la literatura de los comienzos, y también literatura vernácula. Esta literatura primitiva está enfrentada con dos órdenes literarios en una determinada significación.
A) Con el folklore.
B)Con el fondo de la lengua latina y toda la literatura que lleva consigo esta lengua.

Esta lengua vernácula o primitiva difícilmente alcanza el documento escrito. Aun en el caso que llegara al texto los factores perturbadores son muy negativos.

El texto era muy poco propicio para su permanencia porque la literatura inicial de este periodo no se realizó para ser escrita sino para ser interpretada por alguien, en cierto modo de orden profesional. Esta literatura primitiva o de origen está estructurada para que el receptor la reciba  a través de la voz del intérprete y la escritura es un recurso accesorio, por lo tanto, los participantes, los intérpretes serían los juglares y los clérigos.

De la voz pasaremos a escribir el texto. Pero una vez escrito tampoco existe una comunicación entre el emisor y el receptor. El texto se escribe para que alguien lo lea. Los demás oyen.

A la comunicación oral sigue la lectura en voz alta del texto. De aquí se va pasando a la lectura visual que será el grado último. En este periodo es difícil llegar a la lectura personal; se requiere una serie de condiciones sociales. Tales como ser hombre de Iglesia y hombre o mujer de Corte. Por lo tanto, en este periodo, lo corriente es la lectura en voz alta.

Decíamos anteriormente que el participante o intérprete de la obra poética en esta literatura primitiva es el juglar y el clérigo.

Funciones de cada uno de ellos:
Juglar.  Hay que señalar que ni el juglar ni el clérigo fueron solamente escritores, tal como pudiera entenderse en un sentido moderno de oficio o profesión. Ambos desarrollan otras muchas actividades, y una de ellas, aunque no la más importante, resultó ser la de crear obras poéticas en las lenguas romances.

El juglar ejercía su oficio entreteniendo a las gentes con sus habilidades, que eran muy diferentes, según su clase y según el público que le rodeaba: juegos de circo, músicas, cantos con instrumentos. Existieron también juglaresas, y los había moros y moras.

Entre los asuntos de estas obras juglarescas los hubo de carácter religioso, o incluso hasta cortés, y en estos casos la obra de los juglares podía recibir inspiración clerical, de manera que la división de los mesteres no ha de entenderse de manera tajante.


Los juglares eran viajeros por razón del oficio y su arte había de gustar a gentes muy diversas, tanto en clase social como en cuanto a diversidad de lugares. Si se llama al juglaresco un arte popular, ha de ser entendiendo que el pueblo lo forman las clases sociales reunidas en una convivencia de diversa naturaleza: reyes, cortes, señoríos, ciudades, villas, aldeas y cuantos pudieran juntarse.

¿Cómo pueden participar los clérigos en el poema?
Clérigo tiene las siguientes acepciones: A) hombre de Iglesia. Medida más alta en el nivel intelectual en la Edad Media. La expansión de la cultura clerical llega a todos los lugares donde llega la Iglesia.
B) Sabio, conocedor técnico de una materia. Esto lleva a la profesionalización. Funciona sobre el latín. Va a penetrar por la misma Iglesia. La Iglesia va a tener la necesidad de conocer, de comunicarse con el pueblo de Dios. Si el pueblo de Dios no conoce el latín, la Iglesia tendrá que intentar adaptarse al pueblo de Dios.

El clérigo acaba por convertirse en escritor romance. Se caracteriza por su saber intelectual, a diferencia del caballero guerreador. Sin embargo, no falta tampoco el clérigo combatiente.

El clérigo como autor de una poesía de intención artística inicia la literatura en un sentido etimológico. El criterio del autor clerical tenía sobre sí la tradición culta de la literatura latina y a su amparo creó, a su imagen y semejanza las primeras obras de poesía culta en la lengua romance. Sin embargo, el arte de clerecía resultó siempre de compromiso: tuvo que ser popular o aparentarlo, porque su fin era valerse de la lengua común para tratar de  asuntos moralizadores y si acudía a los temas seculares, estos habían de ser en principio acomodados al sentido de la vida medieval.

LA LÍRICA TRADICIONAL EN LA EDAD MEDIA
Para el estudio de la primitiva literatura medieval existe siempre un grave obstáculo: las pocas noticias que nos quedan de las obras, autores y circunstancias de la creación de aquella época. Por eso se la llama de “los tiempos oscuros”, pero esto es solo desde el punto de vista de nuestro conocimiento con respecto a ella; pues, en la Edad Media, existió como en todas las edades, la luz de la poesía. Mientras que el latín fue entre los grupos sociales de un alto nivel cultural, en los primeros siglos de la Edad Media una lengua con ímpetu creador, manifestado en una obra literaria, las variantes románicas hubieron de sobreponerse lentamente a la dispersión dialectal propia del habla de la conversación, y después crear una grafía que fuese la base de la escritura de los documentos. No se puede comenzar un estudio de la obra literaria sin documentos, que pueden ser directos ( es decir, los textos de las obras) o en caso apurado, indirectos (noticias que se refieren a ellas de algún modo). El historiador de la literatura medieval escruta esta oscuridad de los orígenes. Con la aparición de los textos poéticos documetados por la escritura existe ya una base firme, y comienza propiamente la función del conocimiento crítico, que requiere tener ante sí la obra que ha de comentarse. Solo que el historiador no quiere quedarse en este límite de la obra conocida, y emprende entonces la gran aventura crítica, consistente en penetrar en esta oscuridad, valiéndose de las noticias indirectas, que, bien fundadas, pueden tener también su valor probatorio.

Motivos de la lírica popular.

Menéndez Pidal, en un estudio titulado “La primitiva lírica castellana” (1919) supo ver  el planteamiento de este asunto, debatido por los críticos, que habían llegado a negar o a menospreciar la existencia de esta clase de poesía en la literatura española; reuniendo las noticas, entonces escasas y dispersas, alcanzó a dar una primera interpretación a un riquísimo caudal que estaba disperso o soterrado. Dentro de una orientación de orden romántico, Menéndez Pidal afirmaba que en Castilla hubo una lírica primitiva, como en otras partes de España, porque su existencia es razón de vida; cuando aún no había lírica letrada, el pueblo cantaba su canción; y cuando la hubo, y se encasilló en los cancioneros, el pueblo continuó cantando a su manera. El motivo de estos cantos es muy variado, y suele darse en forma semejante en diversas culturas y lenguas. En primer término, las situaciones de la vida que son más propensas a la emoción, crea la circunstancia propicia: el amor es la primera; los afectos familiares, el paso de las estaciones, el trabajo, que si es del campo es una vía para la percepción poética de la naturaleza, los cantos de camino para acompañarse, en el caso de las sierras, animar a las bestias de carga, la soledad del pastor etc.

La religiosidad popular es otro motivo, manifestada en las fiestas de la familia con ocasión de las grandes celebraciones litúrgicas, los santos y patronos de los lugares, etc.

La lírica popular, siempre viva, canta de mil modos y en formas diversas el eterno tema universal, el amor; y solo cuando las analogías no son directas, se puede referir el canto a tal o cuál época por determinados conceptos adjuntos o por especiales maneras de expresión; detalles no siempre fáciles de advertir.

El término popular, por la extensión y diversidad de su empleo, puede resultar equívoco. Con razón Menéndez Pidal, que tanto hizo por el conocimiento de la literatura del pueblo, avisa repetidas veces de este peligro, y en uno de sus más recientes estudios precisa así su alcance, sobre todo en relación con el de tradición. Es preciso distinguir claramente en el confuso adjetivo de poesía popular dos de sus significados: 1) Poesía popularizada, poesía de un autor acogida por el pueblo en sus cantos como una novedad grata, que es olvidada pronto, porque pasa de moda; las variantes que cada cantor introduce son solo deturpación del texto original que todo el mundo conoce como auténtico. 2) Poesía tradicional, poesía acogida por el pueblo durante mucho tiempo, asimilada como cosa propia, herencia antigua; las variantes que cada autor introduce, unas deforman el texto y se pierden; otras perduran en la tradición, reformando el texto recibido y conformándolo al gusto común de cada tiempo; estas variantes ejercen una función creadora o
re-creadora; así la poesía arraigada en la tradición vive en variantes y refundiciones, y esto lo mismo en la letra de la poesía que en la música.

De estos motivos de la canción popular hay uno que constituye el cantar de amigo, fundamental por su gran desarrollo: es el canto de una joven que expresa una confidencia de amor, en unos casos a la madre ( o a otras personas de la familia), y en otros, al amado. El carácter de la canción puede variar, pero casi siempre expresa una experiencia femenina que puede ser de muy diversa especie: la mención de un simple gesto de inquietud, la confesión del amor y de sus efectos en el alma, y todo manifestado con la delicadeza propia de la mujer, aunque a veces muestre un guiño picaresco o incluso una audacia.

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